
Aún y con la ventana cerrada y la persiana de la habitación bajada, escucho a los pájaros cantar de buena mañana, a las 6:30h, y esto es una maravilla, esto es vida!!
Escuchar que la vida sigue cantando, a pesar de los pesares, es un incentivo para seguir comprometida con aportar mi granito de arena a este mundo que muchas veces no entiendo y que últimamente me ha despertado el asco.
Si. He estado una temporada larga con una sensación enorme de asco en mi cuerpo, con acidez, nauseas, malestar general, incluso a veces mareo, y con dolor/ardor en la zona de la boca del estómago, pensando que quizás incluso venía del hígado… pero no he sabido distinguir tanto… pero lo que es seguro es que mi cuerpo ha sido muy explícito, me ha mostrado una clara repulsión por algunas cosas y me ha estado avisando de que «esas cosas» son, claramente, muy tóxicas para mí, me ha anunciado que mejor me aleje de ellas, que no siga ingiriéndolas, que no siga exponiéndome a ellas ni tratando de tragármelas y digerirlas porque no son saludables para mí, porque están contaminando mi cuerpo, que es mi Tierra.
Que sabio que es el Asco!!

La invitación del asco ha sido a desintoxicarme, a dejar de contaminar mi tierra, y también mis aguas y mi aire!! Será, entonces, visto desde los elementos, que el asco es mi fuego?
No se… voy a seguir explorándome… a ver qué descubro.
De momento tengo claro que el asco que siento, el asco que noto, me está invitando a alejarme de todo lo que me intoxica… tanto porque lo ingiero o entra en mí por la boca como porque penetra en mi interior a través de los oídos, del olfato, o por cualquier otro orificio o poro de mi piel.
Gracias al Asco… que desde hace unos días ya no está en mí… he estado transitando un tiempo de pausa y de profunda conciencia de lo que es saludable y sostenible y lo que es contaminante, patológico y, por lo tanto, insano e insostenible para mí. Y no solo para mí sino para el Planeta Tierra y, especialmente, para la especie humana que es, de los habitantes de la tierra, la especie que más conozco.
Confieso que he estado tentada de alejarme de todo por un rato… Por un momento me he sentido parte de un mundo suuuuperpoblado, super «empachado» de consumo, un mundo toxificado, con demasiado de todo, también de la oferta que yo puedo ser en el mundo y, a la vez, con falta de tantas cosas básicas… con tanta falta de recursos de autocuidado y cuidado mutuo… con tanta falta de dulzor, como sabor, o de dulzura y cariño, como espacio emocional!!
La buena noticia es que lo primero que me dio asco fue el olor a tabaco, así que dejé de fumar durante unos días, después sentí el ascp a algunos alimentos… la verdad es que por un momento sentí asco hacia casi todos los alimentos… que se quedaban en el portal de entrada a mi estómago y trataban de devolverse por el mismo lugar por donde entraron… aunque al final todo quedaba en una sensación, porque no llegué a vomitar nada.
Ufff!!! Cuánto asco he sentido!!! Y qué alegría me da ver que mi cuerpo es capaz de sentir y resentir… Porque me ha permitido ver que el asco es ese lugar donde el miedo y la rabia libran una batalla, que cuando gana la rabia vomitamos y cuando, de momento, gana el miedo se queda todo en náuseas, queriendo salir y no sale, bloqueando todo el sistema digestivo en la zona del 3er chakra, en la boca del estómago… Y allí se queda encarcelado lo que sea que esté siendo indigestible, sin poder subir ni bajar.
Y ahora pienso… ¡Qué bien que no baje! Porque la sabiduría del cuerpo me dice que eso no me hace bien. Y también pienso ¡Qué mal que no suba! Porque hay algo en mi interior que, por algún motivo, todavía no está pudiendo soltar lo que no me hace bien.
En realidad el tiempo del asco lo he sentido como un Purgatorio, como un Infierno. Purgatorio en el sentido del lugar de la purga… de purga física, purga emocional, purga mental y purga espiritual…
He podido descubrir por mi misma que purgar es depurar… eliminar cualquier sustancia ingerida que sea perjudicial para nuestra salud. Los caracoles se purgan con ayuno… y a veces ofreciéndoles solo hierbas medicinales como el tomillo… que cultivo en casa en mi pequeño huerto urbano.
Y es un Infierno porque es muy incómodo, porque arde y además tiene un sabor infernal. Asocio el asco con la amargura, con el sabor amargo, con el resentir y el regurguitar.
¿Cómo convertir el veneno en medicina cuando me siento envenenada? Me pregunto…
Y en esta exploración me doy cuenta de que parece que el asco se nutre de tóxico… es decir, que el asco es adicto al tóxico y a lo amargo… sino… cómo podría seguir existiendo?? Cuanto mas asco siento, mas tóxico me pide el cuerpo… que asco!!!
Así que aprovechando los ingredientes del asco, me he propuesto poner la rabia al servicio de ponerme limites… de decir no a lo tóxico en mi vida… a lo que me hace daño… y así el miedo, cuando sienta que la rabia está bien puesta, que los límites crean un espacio de seguridad y de cuidado de la vida, se va a ir desvaneciendo… y eso va reducir la inflamación porque la contracción y retención del miedo va a reducirse.
Y, por supuesto, no voy a olvidarme de poner dulzura a mi vida… lo dulce como contrapunto a lo amargo… aportarle dulzura a la amargura, porque ya no quiero que nunca más el asco, que no tiene salida, me lleve por el camino de la amargura!!
Mirándolo desde las emociones el ponerle dulzura será través de la ternura, que es la emoción que aporta el cuidado maternal, el abrazo, la caricia, el amor a lo que está siendo y a lo que ha sido, sin rechazo… aunque sea un poco asqueroso… como hace la mamá cuando limpia con amor el culito lleno de caca de su bebé… y también le voy a poner un poco del dulce aroma del erotismo, que me pone en contacto con el placer y goce de la vida, que es un antídoto para la tensión y el cierre de los esfínteres (también del esfínter gástrico) porque humedece, expande y relaja… y predispone a mi tierra fértil para ser penetrada por los aromas, los sabores, los elixires sagrados de la vida, por los rayos del sol, por las caricias del aire, el sostén de la tierra y la humedad del agua… me predispone a hacer el amor con la vida, con los nutrientes de la vida, con las maravillas de la vida.
Conservando la presencia del miedo justo para que me proteja y aleje de lo tóxico y de la rabia necesaria para poner el foco en el autocuidado, que me permita poner límites y decir no a lo que me daña las entrañas.
Mmmmm…. que gusto!!! Qué gusto más distinto al de la amargura del asco!!!
Y ahora, acabando, me doy cuenta que una conversación que me disgusta… y a la que también reacciono con un poco de asco (asco en intensidad pequeñita)… es aquella conversación teórica a la que me invitan en los talleres cuando me preguntan ¿Y porque no incluyes el asco como una emoción básica? Uff!! Por un lado me da pereza!! (ese es un espacio emocional para explorar en otro momento) y por otro lado me asquea un poco la emoción desde la que me lo preguntan, normalmente personas que saben mucho, muy estudiosas de la materia, y cuya pregunta y la invitación a conversar me entra como veneno en el cuerpo… Es entonces donde mi cuerpo la rechaza con una intensidad 1 o 2 de asco (en un rango de 0 a 10 con el que suelo trabajar)… aunque siempre trato de ponerle dulzura al asunto (ternura) y también la sabrosura del erotismo, para poder saborear las siguientes interacciones de esta conversación… para poder explicar mi mirada acerca del asco y cómo la podemos explorar a través del cuerpo y con el método Alba Emoting… donde, como emoción, yo la experiemento como mixta y no como básica, como una mezcla de rabia y miedo, como ya he compartido en este escrito.
Enfin! Por el momento yo sigo siendo mi propio laboratorio, que es el que tengo más a mano… lo llevo siempre encima… y es donde puedo testar en cada momento, si así lo deseo, qué estoy pensando, qué estoy sintiendo a nivel emocional, qué sensaciones corporales estoy teniendo y qué sentido mayor tiene todo eso… Esto es lo que he querido explorar con el asco que he estado sintiendo durante este último tiempo, es lo que comparto con quien me lea y es lo que me ayuda a acompañar a otras personas a seguir haciendo su propio viaje personal a las profundidades de su ser.
Muchas gracias!!!
Carme Tena